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viernes, 30 de enero de 2009

Arregla tu pc tu mismo

Descubre cómo solucionar tú mismo los problemas de tu PC
Cuando no ocurre nada

El proceso de inicio de cualquier equipo
informático es un momento delicado,
en el que cualquier error de hardware o
software puede dar al traste con nuestro PC
dejándolo completamente inservible. Por ello,
a continuación os mostramos algunos de los
síntomas o problemas que más frecuentemente
se presentan durante el arranque de cualquier
PC. Comenzaremos por fallos hardware
que impiden que nuestra máquina comience a
funcionar, seguiremos por errores detectados
por la BIOS, problemas con el acceso a las unidades
o particiones de arranque y, por supuesto,
los problemas surgidos antes, durante y
tras el inicio de Windows.

Mi PC está «muerto»
Son muchos los casos en los que una máquina
se queda completamente muerta, sin signo
vital alguno de funcionamiento. Es decir, no
observas luces ni ruido alguno al pulsar el
botón de encendido. En esta clase de casos,
por lo general, te encontrarás ante algún tipo
de problema de alimentación eléctrica. Por
ello, es importante verificar conexiones, interruptores
de las regletas de enchufes, el interruptor
trasero de la fuente de alimentación,
etc. De la misma forma, es recomendable agudizar
el oído, colocarlo junto a la fuente de alimentación,
situada como sabrás en la parte
trasera de la máquina, y ver si se oye algún
zumbido. En caso de oírlo, quizá la fuente haya
sufrido una sobrecarga o cortocircuito; desconecta
la alimentación, espera alrededor de un
minuto para que los condensadores se descarguen,
y conecta la alimentación de nuevo para
ver si todo vuelve a funcionar.
También puede ser buena idea desconectar
impresoras y otros periféricos, por si
alguno de ellos esta produciendo algún corto
en el puerto de la placa base que impide
el normal encendido. Por último, quizá sea
hora de empezar a plantearte que algún elemento
hardware, como la placa base o,
sobre todo, la fuente de alimentación, se ha
dañado. El fallo de este último componente
es algo relativamente frecuente, sobre todo
ante fluctuaciones eléctricas si no cuentas
con un SAI o regleta protectora adecuada

[1]. En este caso quizá te sea útil
saber que las fuentes de alimentación
incluyen un fusible
en su interior, el
cual, si eres un poco
«manitas» podrás
cambiar fácilmente y
con un coste de unos
pocos céntimos (habrá
que recurrir a un tienda de electrónica),
aunque tendrás que desmontar
la carcasa de la fuente. No obstante,
considerando el bajo precio de una
fuente de alimentación ATX básica nueva,
quizá muchos prefieran cambiarla directamente
para ahorrarse trabajo y problemas
(ya que quizá no baste con cambiar el fusible).
Otra opción no descartable es que el fallo
se encuentre en la propia placa base, que al
fin y al cabo es la que envía la orden de
encendido a la fuente ATX. Para averiguarlo,
lo más fiable es recurrir a probar la fuente
ATX en otro PC o, más complicado, hacerte
con otra placa que probar en tu PC. Por
experiencia propia, os diremos que lo mejor
ante una situación como ésta es recurrir al
servicio técnico que te ahorrará tiempo, problemas
y, sobre todo, dinero si no cambias
el componente adecuado.


Se enciende, aunque no da señal
En otros casos es posible que la máquina se
encienda aparentemente (que veas leds en el
frontal y oigas los ventiladores de la caja o la
fuente de alimentación) y, sin embargo, no se
vea absolutamente nada en pantalla ni se
oiga pitido alguno que pueda dar alguna pista
del problema. Ante esta clase de fallos tienes
algunas posibilidades diferentes, aunque
la más habitual es
un problema grave con la
placa base [2] o alguno de
sus principales componentes (como
el procesador). Concretamente, verás que
puedes encender el PC pero seguramente te
será imposible proceder a su apagado
mediante el botón frontal, lo que indica que la
placa es incapaz de mandar la orden de apagado
a la fuente. Ante esto, revisa la correcta
instalación del procesador, del disipador
(en ciertos procesadores, como los AMD antiguos,
podían crearse derivaciones entre
superficie de contacto del «micro» y el metal
del disipador) y sus conexiones, comprueba
las diferentes líneas de alimentación a la placa
(incluidas las que requieren algunas tarjetas
gráficas de manera extraordinaria) y que
ninguna faja de almacenamiento de las unidades
IDE o disquetera se encuentra instalada
en la dirección incorrecta. En pocos casos,
aunque hemos visto algunos, el fallo suele
estar provocado por la avería de una de las
líneas de alimentación de la fuente ATX, que
ofrece 5 y 12 voltios. Por ello, antes de lanzarnos
a experimentar con una nueva placa,
te recomendamos probar si con una nueva
fuente todo funciona sin problemas. Por último,
verifica que las tarjetas y los módulos de
memoria se encuentran correctamente insertados,
por si fueran la causa del problema
(aunque no se emita pitido alguno). Además,
si el fallo se produce tras realizar ampliaciones
de memoria o dispositivos, deberás volver
atrás, desinstalando y desconectando
todo aquello no imprescindible para ir descartando
posibles causas.

Errores con la BIOS
Esto pita ¿qué significa?
Tras encender el PC, es la BIOS de la placa
base la encargada de activar, coordinar y dejar
listos todos los controladores y dispositivos
hardware para que el software pueda comenzar
a trabajar. Durante este proceso se verifica
el funcionamiento de todos los elementos y es
donde pueden producirse errores que obstaculicen
el arranque. En caso de errores graves,
que impidan la correcta inicialización del hardware
y que la máquina comience a funcionar,
la placa base emitirá una serie de pitidos que,
según su número y longitud, te indicarán el tipo
de error que se está produciendo. Por desgracia,
cada desarrollador de BIOS utiliza
sus propios códigos lo que complica las
cosas. En el caso de las BIOS de Award, que
son la gran mayoría hoy por hoy, los códigos
más importantes son los siguientes: 1 pitido
largo y 2 cortos, error en tarjeta gráfica, por
fallo de la misma o mala conexión de la tarjeta
al bus AGP/PCI-E; 1 pitido indefinido, error
en algún módulo de RAM o de compatibilidad
entre ellos; 1 pitido alto y 1 bajo, error en la
CPU por fallo en la misma o incorrecta configuración
de la velocidad de bus/multiplicador
(tendrás que resetear la CMOS para volver a
los valores por defecto); Pitidos altos y continuos
mientras trabajas, indica un calentamiento
de la CPU, con el consiguiente riesgo para
el procesador y la estabilidad del sistema.
Para otras marcas de BIOS te recomendamos
visitar páginas como www.pchell.com/
hardware/beepcodes.shtml o www.computer
hope.com/beep.htm, donde encontrarás una
relación de BIOS Beep Codes [3] con los códigos
de la gran mayoría de desarrolladores,
algunos incluso ya desaparecidos.

¡No entiendo el mensaje!
Además de los pitidos que hemos visto antes,
es posible que el equipo sea capaz de
inicializarse pero falle al realizar la BIOS alguno
de los test previos a la carga del software;
así, podrás encontrarte con crípticos mensajes
en inglés que te informan de determinadas
circunstancias. Aunque hay docenas de
ellos, y varían entre un fabricante de BIOS y
otro, te enseñamos los más habituales:
- CMOS battery has failed: este mensaje
aparece cuando la pila de la placa base,
encargada de mantener los valores de configuración
de la BIOS, se encuentra agotada o
cerca de su final. No es grave pero tendrás
que sustituir la pila de botón lo antes posible.
En el peor de los casos, que se haya
perdido la configuración, cada vez que
enciendas el PC tendrás que configurar
hora, unidades, orden de arranque y otros
detalles menores en la BIOS.
- CMOS checksum error: indica un error en
la comprobación de los valores de la memoria
CMOS. Puede ser causado por un fallo
en la batería o la placa. La primera medida
a tomar sería resetear la memoria CMOS de
la BIOS, usando para ello el jumper que la
práctica mayoría de las placas integra.
- Disk boot failure, insert system disk and
press enter: la práctica mayoría de los usuarios
conocen este mensaje que indica que el
PC no encuentra una unidad de arranque
válida. En esta situación, no tendrás más
remedio que verificar el orden de arranque
en la BIOS bajo la opción Boot Priority o Boot
Sequence [4]. En caso de que dicho orden
tenga, antes del disco duro, unidades removibles
(disquetera, CD/DVD, USB, etc.),
comprueba que no has dejado ningún disco
en dichas unidades. Si el fallo continúa, tendrás
que revisar particiones y ficheros de
arranque, como veremos más adelante.
- Error encountered initializing hard drive:
mensaje que aparece cuando se detecta un
fallo grave en la puesta en marcha de la unidad
de disco duro. Es poco frecuente;
pero, por desgracia, posible ante un
fallo total de la unidad.
- Keyboard error or no keyboard present:
un error muy común cuando, por
limpieza, reubicación o casualidad,
nuestro teclado se ha quedado mal
conectado o sencillamente ha dejado de
funcionar por alguna causa. Basta ajustar
la conexión o sustituir el teclado
para que todo vuelva a la normalidad.
- Memory size has changed since
last boot: verás aparecer este aviso
cuando amplíes o quites memoria del
equipo y vuelvas a encender el PC. Simplemente
te comunicará el cambio por si no
hubiera sido hecho bajo tu conocimiento.

Errores de arranque
No se encuentra la unidad
Las causas de que, tras superar sin problemas
todos los test de encendido y la BIOS,
un PC no empiece a cargar el sistema operativo
pueden ser múltiples.
De entrada, puede deberse a que, simplemente,
no encuentre una unidad o archivos
desde los que arrancar (como veíamos
en uno de los mensajes de la BIOS del punto
anterior). Como apuntábamos, en estas
circunstancias, habrá que revisar el orden
de arranque desde el menú de la BIOS,
comprobando que todas las unidades se
encuentran correctamente configuradas,
conexionadas y en funcionamiento. En este
punto, podrás encontrarte con varios escenarios,
que son más frecuentes de lo que
parece. El más habitual es el que te
comentábamos antes con las unidades
removibles: si la BIOS busca en éstas
antes que en el disco duro, puede darse el
caso de que haya un error de arranque por
dejarte insertado un determinado disquete,
memoria Flash USB o CD/DVD en la unidad.
Otro suceso al que nosotros nos
hemos enfrentado en múltiples ocasiones,
sobre todo con equipos que tenían algún
tiempo, hace referencia al arranque desde
unidades serial ATA. Aquí, y a diferencia de
las clásicas unidades IDE, muchas placas
incluyen soporte para SATA mediante controladoras
ubicadas en chips ajenos al
chipset [5]. Esto supone que la BIOS
las trata como controladoras externas
de almacenamiento, como sucede con
las SCSI. Cada BIOS es un caso aparte;
pero, básicamente, podrás encontrarte
ante dos cuestiones: la primera,
que puedas indicar en el orden de
arranque que se opte por recurrir a
controladoras externas (generalmente
denominadas como Add in cards); la
otra que, dentro del apartado de configuración
de las controladoras de disco,
se pueda ajustar el modo de fun-
cionamiento de Serial ATA para que emule
a discos IDE. En esta última opción, la controladora
SATA hace pasar sus unidades
como un disco IDE más del sistema.
Los equipos actuales apenas tienen problemas
para gestionar correctamente la
nueva interfaz durante el proceso de arranque,
no obstante, máquinas con uno, dos o
tres años, que implementaron Serial ATA en
sus comienzos, probablemente puedan darte
más quebraderos de cabeza.

Error de disco E/S
Otro problema, por suerte muy poco habitual,
es el que se produce cuando, a pesar
de pasar los mínimos test de la BIOS y su
correcta detección, se producen errores de
lectura o escritura sobre la superficie física
del disco duro [6]. Esto es más habitual en
portátiles, ya que puede producirse a causa
de caídas o golpes bruscos y repentinos
que hagan chocar los cabezales del disco
sobre la superficie del mismo. En los incidentes
más graves, o en los que se haya
visto afectado el sector de arranque, no
podrás ni arrancar el ordenador. Ahora bien,
lo más habitual es que observes cómo el
equipo comienza a iniciarse, aunque tarde
mucho más tiempo del habitual hasta, por
lo general, quedarse parado en alguna de
las pantallas de arranque de Windows XP.
La razón de esto es que alguno de los sectores
o zonas que almacenan los ficheros
del SO se han visto afectadas, por lo que el
disco intenta y reintenta su lectura. En los
accidentes menos graves, tras un buen
número de reintentos quizá logres el objetivo,
que arranque la máquina, aunque lo
haga en mucho más tiempo del habitual.
La mejor forma de diagnosticar este
problema es fijarse en la luz de actividad
del disco y, sobre todo, «pegando la oreja»
a la unidad (tanto si es un sobremesa
como un portátil). Si oyes ruidos tipo clicclic-
clic rítmicos que se repiten constantemente
es que el disco está intentando
localizar y leer alguna pista o sector dañado.
En estos casos, lo mejor es que
extraigas la unidad, salves toda la información
que sea factible conectándola a
otro PC y, por supuesto, la cambies lo
antes posible. Más que nada porque un
disco dañado, por lo general, se irá degradando
más y más a medida que intentes
usarlo, sobre todo si la cabeza lectora ha
sufrido algún desperfecto.

El SO sigue desaparecido
En el caso de que no se encuentre un sistema
operativo para arrancar, y una vez
comprobadas que las unidades de arranque
y orden de la BIOS son correctas, el
siguiente paso es revisar particiones y
sectores de arranque.
Para ello, es completamente imprescindible
recurrir a herramientas externas como
podría ser la Consola de Recuperación [7],
sin salir de Microsoft, u opciones más avanzadas
basadas en FreeDOS y distribuciones
LiveCD de Linux.

Ficheros perdidos
Otra posibilidad es que el PC sí encuentre unidad,
partición y sector de arranque pero que,
por diversas razones, los ficheros precisos
para arrancar correctamente se encuentren
dañados o desaparecidos. Con Windows
2000/XP, uno de los mensajes más habituales
es Falta NTLR. Presione Ctrl+Alt+Supr para
reiniciar o el que hace referencia al fichero
boot.ini [8], ambos imprescindibles para el
arranque. Para estos momentos, a diferencia
de lo que ocurría en el punto anterior, lo mejor
es recurrir a la Consola de Recuperación, desde
la que podrás restaurar ficheros dañados o
perdidos si no tienes miedo a enfrentarte a
una interfaz textual basada en comandos.
Los comandos más habituales de la Consola de
Recuperación, así como la forma de recuperar
los archivos perdidos a partir del CD de instalación
del SO. Aun así, si no te atreves con la
Consola, la opción menos compleja y práctica
pasa por la reparación del sistema operativo
desde el CD de instalación de XP. La información
sobre este proceso la tienes en el recuadro
Restaura Windows XP desde el CD.

Windows arranca pero…
El arranque se detiene
En muchas ocasiones verás como Windows
comienza a cargarse, pero, inexplicablemente,
se queda parado en alguna de las pantallas
previas [9] a que el sistema esté disponible.
Esta clase de fallos suelen ser
debidos a problemas con algún controlador
de sistema o, por extensión, por algún
dispositivo conectado y que es detectado
e instalado durante el arranque.
En esta clase de eventos, una práctica
muy útil pasa por pulsar F8 justo
tras los test de la BIOS y en el momento
justo en que comienza la carga de
Windows. Con ello, lograrás que aparezca
un menú entre cuyas opciones
tendrás el famoso Modo a Prueba de
Fallos. Selecciónalo y Windows se iniciará
con los componentes básicos imprescindibles
para que funcione el sistema (evitará
cargar controladores ajenos al propio
Windows, utilidades, servicios no imprescindibles,
etc). Si consigues arrancar así,
la máquina podrás recuperar una configuración
anterior gracias a los puntos de restauración
(en Inicio/Todos los programas/
Accesorios/ Herramientas del sistema/
Restaurar sistema) o eliminando manualmente
controladores, servicios o aplicaciones
que puedan generar la incidencia.

¿Dónde está mi Escritorio?
Si ves cómo Windows termina de cargar
pero no aparece la Barra de tareas, el botón
de Inicio o los iconos del Escritorio no
pierdas la calma. Es un fallo que hemos
visto en multitud de ocasiones, aunque
puede estar motivado por diferentes causas.
De entrada, has de saber que pulsando
Ctrl+Alt+Supr podrás cargar el Administrador
de tareas desde el que podrás
intentar cargar todo el entorno manualmente.
Para ello, bastará acudir a Archivo/
Nueva Tarea, escribir explorer y pulsar
en Aceptar [10]. Tras esto, se intentará
cargar el entorno. Si todo ha ido bien, puede
que fuera un fallo momentáneo, lo que
podrás comprobar reiniciando de nuevo la
máquina y viendo qué pasa.
Si no ha ocurrido el milagro, podrás, utilizando
el mismo sistema, usar el botón Examinar
para localizar el ejecutable de tu antivirus
o, mejor aún, tu programa
anti-spyware y chequear el sistema en
busca de algún problema. De hecho,
nos hemos encontrado bastantes
casos en los que el origen de los
males era software espía o malware
que se había instalado en el PC por
diversas vías. En caso de no tener ninguno
de estos programas instalados, podrás
hacerlo con sólo cargar un CD o memoria
Flash USB en el PC y ejecutar el programa
de instalación manualmente utilizando la
misma técnica (Archivo/Nueva tarea).
Otra posibilidad es arrancar con otro
usuario diferente, con el que quizá no se
produzca el fallo si éste es debido a algún
problema asociado a la configuración personalizada.
Para ello, podrás cerrar la sesión
actual pulsando Ctrl+Alt+Supr y volver así a
la pantalla de arranque. Si en tu sistema no
tienes más que una sesión, puedes crear un
nuevo usuario fácilmente: carga el Administrador
de tareas, pincha en Archivo/Nueva
tarea, teclea lusrmgr.msc y pincha en Aceptar.
Lo siguiente que te aparecerá será la
Consola de Gestión de Microsoft, en donde
tendrás la oportunidad de crear un nuevo
usuario del sistema desde el apartado
Usuarios (Menú Acción/ Usuario nuevo).
En última instancia, si nada de esto funciona,
puedes intentar reparar Windows a
partir del CD de instalación, como te explicamos
en el cuadro Restaura Windows XP
desde el CD.

Problemas con la contraseña
Puede que te encuentres ante el hecho de
que alguien haya cambiado la contraseña de
acceso, que no la recuerdes o que, en el caso
de encontrarte en dominios de
red, el servidor principal tenga alguna
eventualidad que impida la validación.
En esta última coyuntura, la
acción más rápida pasa por desconectar
el cable de red y probar con la
contraseña con la que iniciaste la
máquina por última vez para tu usuario.
El PC, al no poder autenticarse contra
ningún servidor por no tener red, aceptará
las credenciales que empleaste al iniciar
con éxito la sesión por última vez.
En el caso de equipos no conectados a
un dominio, en los que desconozcas la contraseña
de acceso, podrás recurrir a «métodos
poco éticos», sobre todo si los aplicas
sobre máquinas que no son tuyas. Concretamente,
se trata de arrancar la máquina
desde un CD específico que permita modificar
las contraseñas almacenadas en los
ficheros SAM de Windows. Hasta hace no mucho tiempo, una de las
mejores, más sencillas y fiables opciones pasaba por utilizar ERD Commander
[11], de la empresa Wininternals. Se trata de un CD de arranque
que carga un sistema operativo basado en Windows y que, entre
otras aplicaciones, incluye la herramienta LockSmith [12]. Gracias a
ella es posible eliminar la contraseña de sistemas Windows
2000/XP/2003, pudiendo así salvar el problema. Sin embargo, la
empresa desarrolladora fue comprada por Microsoft reorientando sus
productos hacia profesionales y departamentos de sistemas. El resultado
es que, aunque el producto sigue comercializándose actualmente,
lo hace en forma de un pack para administradores cuyo precio ronda
los 1.500 dólares. Por ello, al margen de posibles copias ilegales
que aún se pueden ver en eMule u otras redes P2P, la alternativa más
legal pasa por recurrir a Offline NT Password & Registry Editor
(http://home.eunet.no/pnordahl/ntpasswd/). También se trata de un
pequeño LiveCD que permite resetear las contraseñas del sistema.

Restaura Windows XP desde el CD
Para reparar una instalación de Windows desde el CD de instalación,
aunque sin borrar los programas y ficheros de usuario, tendrás que seguir
unos sencillos pasos. Lo primero será arrancar con el CD de instalación.
Tras el proceso de carga del programa de instalación, verás una primera
pantalla en la que, aunque se te ofrecerá la opción de reparar el sistema,
con ello no harás más que cargar la Consola de Recuperación. Por ello
pulsa Intro y deja que la aplicación busque en el disco instalaciones de
Windows. Inmediatamente después, aparecerá una nueva pantalla en la
que sí se te ofrecerá la opción de reparar las instalaciones detectadas sin
borrar los datos de usuario, personalizaciones o programas. Tan sólo se
reescribirán los ficheros del sistema operativo y de arranque, al tiempo
que se restauran los parámetros básicos del registro del sistema. Es, por
tanto, una práctica recomendable cuando se hayan dañado ficheros de
arranque o de sistema, o se hayan generado problemas con librerías y
controladores. En muchos casos, si el fallo lo provoca algún archivo ajeno
al sistema puede que los fallos continúen, aunque en un alto porcentaje
de las incidencias, lograrás recuperarlo sin grandes problemas.

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