Seguro que nadie ha sido tan afortunado como para no haber sufrido
algún fallo con su línea ADSL o la red inalámbrica. Por ello, vamos
a repasar los problemas más habituales, su diagnóstico y
la mejor manera de repararlos.
Si al llegar a casa y encender nuestro
ordenador de sobremesa o portátil,
comprobamos que no somos
capaces de conectarnos a Internet, verificar
nuestro correo electrónico, utilizar el
Messenger o disfrutar de nuestras webs
preferidas, qué nos viene: ¿crisis de ansiedad?,
¿hiperventilación?.. No se trata de
ninguna patología psicológica, pues Internet
se ha convertido en un medio de comunicación
tan importante o más que el teléfono,
la TV o la radio.
Lo cierto es que, al hablar de acceso a
Internet, englobamos tecnológicas diversas
como ADSL (la forma de acceso mayoritaria
en España), WiFi inalámbrico o las
redes de cable (utilizadas para conectarnos
a nuestro router). Y es que más del
90% de las averías de acceso a Internet se
encuentran localizadas dentro del propio
domicilio. Para ayudaros en estas situaciones,
en las que enfrentarse a una llamada
a nuestro operador puede ser una tarea
desesperante, vamos a repasar las contingencias
más comunes y algunas pistas
para su mejor resolución.
Impresión y carpetas compartidas
Gracias a las redes inalámbricas o de cable
para el hogar, además de navegar por
Internet con más de un PC, también podemos
intercambiar ficheros e imprimir en red
de manera fácil y sencilla, siempre que
nada falle.
La primera complicación para el usuario
doméstico viene de la mano de las IP asignadas,
para lo que os recomendamos (salvo
razones muy concretas, por ejemplo tener
que redirigir puertos a un PC, para lo que
necesitaremos tener una IP fija en dicho
PC) que recurráis al servidor DHCP que
incluyen todos los routers actuales y que
viene activado por defecto. De esta forma
es el router el que otorga automáticamente
las IP a cada PC según se conectan, garantizando
que ninguno de ellos tiene una IP
repetida que pueda causar problemas.
Superado esto, otro problema puede
venir al intentar localizar el equipo en la
red. Así, si desde el entorno de red de Windows
no somos capaces de localizar el PC
al que deseamos acceder, lo más rápido
pasa por acudir a Inicio/Ejecutar y teclear:
\\[nombre_equipo]. Con pulsar Aceptar,
si el equipo está en red nos aparecerán en
pantalla sus recursos compartidos. Para el
nombre del equipo remoto, si lo desconocemos,
podemos averiguarlo desde Panel
de control/Sistema/Nombre de equipo.
Aun así, podemos sufrir problemas de permisos,
sobre todo si tenemos Windows XP
Profesional en alguna de las máquinas. Un
«truco» de andar por casa es mantener los
mismos usuarios con idénticas contraseñas
(o utilizar el mismo en todos los PC),
dándoles permisos de acceso a carpetas
y/o impresoras. Ahora bien, si no queremos
complicarnos tanto la vida, y no nos preocupa
dar acceso a todos a una determinada
carpeta o impresora, lo mejor es dar
permisos de acceso, lectura e incluso escritura
al usuario ANONYMOUS LOGON [5], lo
que abrirá la puerta a cualquier usuario
que se conecte a dicha carpeta/impresora.
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